martes, 20 de marzo de 2012

El anticonceptivo del amor

Una vez leí por ahí que los que leemos mucha novela rosa o vemos mucha comedia romántica tendemos a tener expectativas irreales e imposibles. Creo que es verdad. Debería haber algún tratamiento hipnótico o alguna pastilla que nos ayude a evitar este síntoma, como una especie de anticonceptivo pero de ilusiones. “Me estoy viendo con un chico, no es nada serio, pero me gusta, estamos recién arrancando (…): bueno, tomate esto; mirá esto te va a cuidar de enamorarte demasiado rápido y de evitar el sufrimiento y la decepción si no es la persona correcta o la deseada. Pensar  cuántos papeles carilina ahorraríamos por lágrimas que no cayeron, cuantos carbohidratos complejos menos comidos, cuánto menos tiempo  de celular hablando con una amiga, cuántas tazas de té solitarias no tomadas. Todo con una simple pastillita diaria que tenga la carga hormonal justa para prevenir  enamoramientos no deseados”, para evitar el metejón, el enganche, la mariposa en la panza, los nervios previos, la angustia post, el que me pongo, la sonrisa idiota.
Por eso digo e insisto, si los bioquímicos nos hicieran caso habría mucho menos sufrimiento, menos desencuentro. Algo simple y pragmático, como son las cosas ahora. Con un solo “touch”, con un simple “click”, como sacar una cuenta en el banco o un crédito hipotecario. Te gusto o no te gustó; entró, pasó la prueba, pero sin ese margen de error que está siempre a la vuelta, agazapado y amenazando, esperando a ver quién dice primero la frase incorrecta, a quién se le huele más rápido la desesperación, quién es el menos hábil en este “ajedrez” que se ha convertido el amor y el mundo de las citas.
Sería una pastilla específicamente indicada para solteronas o treintañeras que todavía sueñan con no pasar una vida en soledad, que se ilusionan y acumulan suspiros o balbucean solas en la ducha un “te amo”, esperando para que cuando aparezca algo más o menos potable, que se banque tres semanas de mensajitos corridos y cuatro citas seguidas puedan ser expresados. Una pastilla que honre a la que está podrida de soñar pero no se cansa de esperar. A la luchadora, la que la pelea, la que después de cinto cincuenta mil citas espantosas y cuatro mil sesiones sexuales fallidas sigue en guardia en la trinchera a la espera del amor. Para la que aguarda apaciblemente que algún musculoso la mire apasionadamente en el colectivo; que un romántico empedernido se materialice de la nada en algún casamiento aburrido o cumpleaños familiar; que algún morocho de mandíbula masculina y cuadrada  le alcance de casualidad el vinagre en la góndola del supermercado,  la mire a los ojos y se flashee un lunes cualquiera a las cinco de la tarde; que aparezca repentinamente algún compañero fachero en la oficina trasladado de otro centro. Algo que también nos prevenga del ensueño diurno, que nos recuerde que el que está ahí, ese que tiene pinta de dulce, que va caminando está pensando en que mañana se le vence la boleta de metrogas y todavía no la pagó, que no va a levantar la mirada, que no nos va a ver  y no va a enamorarse mágica y perdidamente de nosotras y seguirnos con flor una robada de algún cantero lindante  hasta la parada del bondi. Algo chiquito y artificial que nos recuerde que es mentira la fábula esa de que el amor está a la vuelta de la esquina o en la vereda de enfrente, porque a veces esta cerca, a una cuadra, a media o a dos, en el escritorio de enfrente, detrás de una barra o atendiendo un mostrador, pero eso no implica que siempre vaya a ser lindo, armónico, posible y sobre todo sano…

8 comentarios:

  1. Muy bueno el texto! real con algunas coincidencias y otras no, por ejemplo las 4000 sesiones sexuales, ojalá! pero estoy viva y quizás pueda llegar en algún momento.

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  2. Muy bueno! sería genial que existiera un "anticonceptivo" así, je. Y ya que estamos... ¡maldita seas, Jane Austen! ;)

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  3. Totalmente de acuerdo, creo que la gran mayoría de las mujeres tendemos a este comportamiento novelistico, soñando con el "happily ever after" salido de un cuento de hadas. Pero cambien sucede otra cosa: cuando "creemos" encontrar a nuestra media naranja, resulta que después que se desvanece el velo color rosa que nos hacia ver total perfección en nuestro príncipe, aparece la decepción y desilusión. Nada era lo que creíamos o esperábamos, completa idealización.. entonces creo que también debería existir un anticonceptivo del desamor, para que ese otro al que vemos en un principio como nuestro príncipe azul lo siga siendo!
    Besos! SP =)

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  4. Jaja igual seria medio un bajon porque evitarías miles de meriendas y cenas imporvisadas con amigas, casi que seria una ruptura de la actividad de los shoppings ya que los puestitlos de l'oreal,ayres, etc percibirían una gran baja en ventas... podría podrucir una crisis económicas en gastronomía e indumentariaa dicho anticonceptivooo! Ajja.

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  5. Zas!!! qué verdad encubierta que lo parió!los sapos siguen siendo sapos, y los príncipes azules simples ficciones de la literatura romántica de princesas encantadas(y no de chicas Almodovar!)
    mejor me tomo la pasta y digo: Salu! al mejor estilo Violencia Rivas

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  6. Una manera muy original de contar la dificultad actual que se da en la construcción de un vinculo entre un hombre y una mujer. Me encanto!!

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  7. una manera muy original y divertida de contar las dificultades actuales para contruir una relacion entre un hombre y una mujer.Me encanto!!!

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  8. una manera muy original y divertida para contar la decepciones amorosas en el mundo actual. Me encanto!!

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